viernes, 4 de diciembre de 2015

Como tónica general, una sociedad bastante individualista, relativista y hedonista.

El siglo XX amaneció con un importante predominio de las ideas y de las ideologías; pero la hecatombe de dos guerras terribles e incomprensibles desbarató todos los esquemas e hizo que la humanidad, una vez más, se sumiera en el fango, fruto de lo cual fue un general desencanto del que todavía no nos hemos recuperado. La crisis cultural de los años 60 intentó reaccionar buscando nuevos valores, pero lo hizo sólo negativamente; y, fruto de ello, es todavía el negativismo o flojedad de nuestra sociedad actual. Vamos a constatarlos en varios aspectos.

El Informe sobre el desarrollo humano 1999, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD 99, 25-56), analizando lo que han sido los diez últimos años de desarrollo humano en nuestra era de la globalización, señala que el mundo ha cambiado, en el sentido de que se ha producido una integración global, pero rápida y desequilibrada. El resultado es una fragmentación social, con cambios en el progreso y, al final, amenazas contra la seguridad humana.

Nuestra época es antiideológica: recusa las ideologías por el hecho de que han producido monstruosidades, llegando a sacrificar muchos millones de vidas humanas. Las dos ideologías más importantes de nuestro tiempo, el liberalismo y el socialismo, han demostrado una vez más aquello de que "los extremos se tocan", pues por lados distintos han venido a caer en las mismas calamidades. Pero ahora, con la postmodernidad, no se trata de la antiideología -que es lo que cabría desear y esperar- sino, más bien, de la desideologización, dando a las ideologías menos importancia de la que en realidad deberían tener. La consecuencia es que se niegan los ideales, cayéndose en un escepticismo, un eclecticismo y un integracionismo que han venido a rechazar, ciertamente, aquella antigua rigidez viciosa, pero sin aportar nada que la sustituya positivamente. "La conclusión -escribe Javier Sádaba (en A. Alférez 1990, 104)- es que nuestro tiempo, con la aparente bondad de la tolerancia que implicaría no aferrarse a una ideología concreta, corre el peligro de perder fuerza, ser confuso y confiar en exceso en el estilo en su sentido menos benigno".

Con todo, ideologías las tenemos, pero no como las de antes. Según el mencionado autor (cf. p.137ss), las que ahora circulan entre nosotros se cifran en las siguientes: un romanticismo de baja intensidad (o revaloración del sentimiento, expresada en valores como la felicidad y el "yo"), el nacionalismo de protesta, el economicismo hedonista (el criterio del éxito se mide por los bienes de que se disponen), la cultura subjetiva, el escepticismo creador (creyendo que el mundo ha de cambiar estableciendo una mayor justicia y libertad) y el pacifismo consecuente, que trata de llevar éste a sus últimas consecuencias, denunciando no sólo la pena de muerte sino cualquier militarización de los Estados.

Son muchos los autores (W. Brezinka 1988, 136-41; 1990: 37-50, por ejemplo) que han denunciado el individualismo que aqueja a la sociedad actual; hasta la Ética que hoy día se propone (la "teoría de la justicia", de J. Rawls; o la tan mencionada "ética mínima") no son más que unas éticas hechas desde el mero egoísmo personal. Y de aquí, si se pasa a la consideración del bien de los demás, es casi sólo por simple sensibilidad estética, y sin el compromiso de un verdadero sacrificio personal. En este sentido B. Wahlström (1994, 16s) ha señalado que, junto a la preocupación por el yo, surge cada vez más una preocupación por los otros, por la humanidad en general: "Las visiones orientadas al yo, propias de la década de 1980, se han desvanecido y han sido sustituidas por la perspectiva del nosotros juntos, propia de la década de 1990. La autorrealización y el estilo personal de vida son todavía importantes, pero ahora hay que tener en cuenta otra dimensión: la importancia de nuestro medio ambiente común". Pero sólo en tanto en que yo me veo afectado por él.

En el ámbito de la economía y de la empresa se alimentó en los últimos decenios la llamada cultura del "yo emprendedor" (de modelo neoliberal), fundada en la idea de que el progreso y el éxito nacen de cualidades personales como la confianza en sí mismo, la capacidad de acción y la expectativa de beneficios. Pero en los años 90 se ha discutido esta teoría, sobre la base de que no resolvía el problema de "la sociedad de los dos tercios" (o hecho de que, en los países desarrollados, el bienestar sólo alcanza a los dos tercios de la población, produciendo un considerable número de marginados; cf. P. Wagner 1997, 282-6). Una vez más, pues, el individualismo aparece unido a la crisis de nuestra sociedad.

Y en ésta la disciplina de la producción y del mercado ha entrado en un nuevo modelo que llamamos postfordismo y postburocracia, que tienden a romper estructuras rígidas. El postfordismo consiste en una tendencia a flexibilizar los procesos y mercados de trabajo; y -como dice Eduardo Terrén (1999, 258)- "la descentralización y la flexibilidad no sólo se corresponden con la vida económica, sino también con la fragmentación del resto de las esferas de la vida social y la quiebra de los modos de vida asociados con el capitalismo organizado del bienestar". Y la postburocracia es una reacción, en la última década de los años 90, a la idea de una delimitación clara de las tareas y responsabilidades dentro de las instituciones (burocratismo), pensando que podrá efectuarse una mejor adaptación al cambio a través de prácticas como la flexibilización estructural, los canales de comunicación e información pluridireccionales y la atención a la creatividad y sugerencias individuales.

Nuestra sociedad actual no puede entenderse sin una fuerte referencia a la revolución cultural de 1968; sus efectos nos siguen marcando de uno u otro modo (por acción o por reacción, según los casos). Pues bien, desde esta perspectiva -y con una crítica feroz a aquel suceso cultural- la crisis de valores en que nos hallamos ha sido vista y descrita por Michel Houellebecq (1999) como una disolución de valores, como un nihilismo axiológico. En su novela Las partículas elementales, el último de los bestseller (que ha sido traducido a veinte lenguas), nos presenta personajes de la generación del Mayo francés del 68 y de las siguientes y hasta de las 3 futuras, que se muestran totalmente indiferentes a los valores humanos más esenciales y elementales (la familia, el amor, la vida, los ideales); dice que "beatniks, hippies y serial killers convergían, en la medida en que todos ellos eran libertarios integrales, en profesar la afirmación integral de los derechos del individuo contra todas las normas sociales, todas las hipocresías que según ellos constituyen la moral, el sentimiento, la justicia y la compasión" (p. 195). Viviendo así, los protagonistas de la novela a sus cuarenta años de edad se sienten ya viejos, fastidiados de la vida y no sirviendo para nada; ante tal situación acaban con un comportamiento bastante lógico: el suicidio. El autor, proyectando este cuadro hacia el futuro, señala como salida para esa nueva era (New Age) una vida humana y una sociedad totalmente mecanizadas y desalmadas, al estilo del "mundo feliz" de Aldous Huxley, con la eliminación de la personalidad.

La educación en valores y otras cuestiones pedagógicas. José María Quintana Cabanas. (2005) Barcelona: PPU.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Lengua, aprendizaje y enseñanza. El enfoque comunicativo: de la teoría a la práctica. Ana María Maqueo (2005)

Comentan a continuación los autores que cuando el alumno responde preguntas de este tipo lo que manifiesta es su capacidad de observación, así como un entrenamiento en la mecánica necesaria para contestar preguntas cerradas, pero que desde luego no se da la comprensión del texto.

Con ésta y otros tipos de actividades mecánicas en la clase de Español vemos que se ha perdido de vista lo más importante: leer es comprender, apoderarse del significado que subyace a las palabras escritas; es también interactuar con el texto, dialogar con él; en suma, la lectura es asimismo un acto de comunicación.

El significado global de un texto no es la suma de los significados de letras, palabras o frases que se encuentran en él. No se encuentra tampoco en el sentido literal del texto. El significado del texto lo construye el lector cuando elabora una interpretación global de él a todo lo largo de la lectura.


domingo, 27 de septiembre de 2015

Diálogo de la película de Tim Burton "Frankenweenie" (2012)

- No me puedo creer que hayan puesto a la profesora de Educación Física de jueza. A ella no le interesa la ciencia.

- En mi tierra, todos son científicos. Incluso mi fontanero ganó su premio Nobel. Tu país no crea suficientes científicos. Siempre se necesitan más. Tú también deberías ser un científico.

- A nadie le gustan los científicos.

- Les gusta lo que les brinda la ciencia, pero no las preguntas. No. No las preguntas que hace la ciencia.


martes, 15 de septiembre de 2015

Modern Family. Capítulo 9, tercera temporada.

En este mundo hay soñadores y realistas. Lo lógico sería que los soñadores se juntasen con los soñadores y los realistas con los realistas. Pero muchas veces pasa lo contrario. Veréis, los soñadores necesitan a los realistas para impedirles volar demasiado cerca del sol, y los realistas pues... sin los soñadores podrían no despegar jamás.

domingo, 12 de julio de 2015

Capítulo 10 de la 4ª temporada de Breaking Bad. No contiene spoiler. Es casi un monólogo que me gusta mucho.

- Yo soy tu padre y no quiero que lo de anoche sea... Quiero decir, tú realmente no puedes pensar en mí como...

- ¿Como qué? No entiendo.

- Mi padre murió cuando yo tenía seis años. Lo sabías, ¿verdad?

- Sí.

- Tenía la enfermedad de Huntington, es... Destruye porciones del cerebro, afecta al control de los músculos, lleva a la demencia... Es una enfermedad horrible. Es genética. A mi madre le aterrorizaba la posibilidad de que yo la tuviera, así que me hicieron pruebas cuando era niño, pero no tenía nada.

Mi padre cayó muy enfermo cuando yo tenía cuatro o cinco años, pasó mucho tiempo en el hospital. Mi madre me contaba muchas historias sobre mi padre, podía hablar de él a todas horas: yo conocía su personalidad, cómo trataba a la gente, hasta sabía cómo le gustaba que le cocinaran sus filete: medio hecho, como a ti. Sabía cosas de mi padre, tenía mucha información, eso era porque la gente me decía estas cosas. Ellos pintaban este cuadro de mi padre para mí y yo siempre fingía que ese era quien yo había visto también, a quien recordaba, pero era una mentira.

La verdad es que yo solo tengo un verdadero recuerdo de mi padre. Debió de ser justo antes de que muriese, mi madre me llevó al hospital para visitarlo. Y recuerdo el olor allí dentro, los productos químicos, era como si hubiesen usado todos los productos de limpieza que pudieron encontrar en un radio de cincuenta millas, como si quisieran que no olieras a la gente enferma. Había un hedor a lisol y lejía, podías sentirlo recubrir tus pulmones. Como sea, ahí, tendido en la cama, estaba mi padre. Estaba, estaba todo retorcido. Y mi madre me puso en su regazo, ella estaba sentada en la cama junto a él, así que pude mirarlo bien, pero realmente él me daba miedo. Y él me mira directamente, pero no estoy seguro de si sabe quién soy. Y tu abuela está hablando intentando animar, ya sabes, como hace siempre. Pero lo único que puedo recordar es su respiración, este sonido estertor, como si estuvieras agitando una lata de pintura aerosol vacía, como... Como si no hubiera nada en él. Como sea, ese es el único recuerdo real que tengo de mi padre. No quiero que pienses en mí de la forma que estaba anoche. No quiero que ese sea un recuerdo que tengas de mí cuando yo muera.

lunes, 30 de marzo de 2015

El mundo y el lenguaje

[...] El bebé es crédulo y adivino. Crédulo porque admite sin reticencias que lo que su madre dice tiene un significado, aunque todavía no lo entienda. Esta creencia, a la que podríamos llamar el a priori de la significación, ha de ser innata, porque ¿cómo podríamos explicar al niño que lo que le decimos debe aprenderlo, comprenderlo y usarlo? Necesitaríamos de un lenguaje para enseñar el lenguaje, y así llegaríamos al infinito.

Es adivino, porque hace falta serlo para entender lo que un adulto dice. En efecto, a los adultos nos parece que una definición ostensiva es un método pedagógico claro. Si señalo un vaso que hay sobre la mesa y digo <<vaso>>, ya he pegado la etiqueta léxica al objeto y el niño sólo tiene que agarrar el conjunto. Objeto y palabra quedan ya emparejados para siempre. Vamos a ponernos en el caso del niño para percatarnos de su genialidad. Visito una tribu desconocida, sin intérprete, y uno de sus miembros se encarga de enseñarme su lenguaje. Poco más o menos, en un estado semejante de indefensión se encuentra el bebé. Mientras el indígena y yo paseamos por los alrededores del poblado, espantamos a un conejo que se escabulle veloz entre los matorrales. El buen salvaje señala al conejo y grita algo confuso que yo entiendo como <<gnukà>>, pongamos por caso. ¿Qué ha querido decir? ¿De qué ha hecho la definición ostensiva? Tengo que adivinar que ese ruido, que por de pronto supongo que tiene un significado, y que no es un eructo, un taco o una expresión automática de sorpresa, significa cualquiera de estas cosas: conejo, lo hemos espantado, corre, ¡qué divertido!, está asustado, animal, comestible, me lo comería ahora mismo, ser vivo, color gris, piel buena para hacerse un sombrero, regalo de los dioses, pequeño dios de las llanuras secas, o, simplemente ¡mira! Supongo que significa <<conejo>>, de manera que cuando al volver al poblado veo que están preparando un conejo para guisarlo, digo muy ufano <<gnukà>>. Mi profesor se ríe a carcajadas y niega con la cabeza. ¿Qué quiere decir con ese gesto? Se me ocurren varias posibilidades: he pronunciado mal la palabra, y eso le divierte, he pronunciado bien la palabra, y eso le sorprende, <<gnukà>> no significa conejo, o, tal vez significa conejo vivo, pero no conejo muerto. Tal vez todos los animales reciben otro nombre mientras están siendo guisados. Pues bien, esta endiablada operación de adivinar, hacer hipótesis, comprobarlas, corregirlas, es la que el niño realiza con increíble soltura a partir de su primer año de vida. 

Marina, J.A. (1993). Teoría de la Inteligencia Creadora. Anagrama. Capítulo IV: El mundo y el lenguaje

Reflexión de Jax Teller en Sons of Anarchy.

Hay un viejo dicho: "lo que no te mata te hace más fuerte". Yo no lo creo, creo que las cosas que intentan matarte te dejan enfadado y triste. La fuerza viene de las cosas buenas: tu familia, tus amigos, la satisfacción del trabajo bien hecho... esas son las cosas que te dan plenitud, a las que debes aferrarte cuando estés hundido. 

Un poema del libro La voz a ti debida de Pedro Salinas.

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo. 

Globalización e interdisciplinariedad: el currículum integrado.


En la actualidad todavía estos sentimientos no han sido totalmente contrarrestados y anulados. Incluso puede verse reafirmado un notable sentimiento antinacionalista en la medida en que se propaga un mensaje explícito e implícito sobre una única concepción de nacionalismo, la de la derecha política o de totalitarismos fundamentalistas y además impregnada de manifestaciones xenófobas. No podemos ocultar que, en la actualidad, para muchas personas nacionalismo es igual a racismo, egoísmo e intransigencia. Sin detenerse a analizar las distintas concepciones de nacionalismo existentes.

La defensa de la identidad nacional desde perspectivas de la izquierda democrática nunca fue unida a posturas de racismo sino, por el contrario, de solidaridad, respeto y valoración de las diferencias. La nación es el espacio donde se fragua la identidad social de los diferentes colectivos humanos. La aceptación de la propia identidad es una de las principales condiciones para saber valorar la de los demás. La patologización de la conciencia nacional, elaborada sobre la base de una conciencia de superioridad, de total autosuficiencia, es lo que explica la aparición de una conciencia y conducta racistas.

Como subraya Benedict Anderson (1983, pág. 136), "la pesadilla del racismo tiene su origen en ideologías de clase más que en las de nación". Incluso no es raro escuchar todavía argumentos basados en pretensiones de tener derecho a un destino más importante gracias a intervenciones de la divinidad, a la elección que ésta realiza de sus gobernantes, o a la posesión de sus miembros de sangre "azul" o "blanca", o a la transmisión por "herencia genética" de determinadas condiciones y privilegios.

Un currículum democrático, respetuoso con la diversidad política, cultural y lingüística, tiene que ofrecer posibilidades a todos los alumnos y alumnas de comprender la historia, tradición e idiosincrasia de su propia comunidad. Algo que implica necesariamente conocer también la de los demás pueblos del Estado, en el marco de una filosofía de respeto, colaboración y solidaridad.

Jurjo Torres: Globalización e interdisciplinariedad: el currículum integrado. (1994)

Las reformas "desde dentro": La reestructuración de las escuelas.

[...]  

Sin embargo, la realidad nunca es nítida y unívoca. Lo que se ha llamado la segunda ola de reformas escolares, con su considerable influjo en las sociedades europeas, no es ajena a la contaminación ideológica, poniendo de relieve una vez más que una cosa son las reformas y otra las ideologías que las respaldan. 


Rodríguez Romero ha puesto de manifiesto la necesidad de separar el trigo de la paja porque, en efecto, el movimiento de reestructuración escolar no es ajeno a la omnipresencia de una ideología conservadora que impregna el pensamiento educativo desde hace más de dos décadas (1998). Tras la retórica de la devolución de poderes a la escuela -autonomía institucional- pueden observarse prácticas económicas derivadas del posfordismo, transfiriendo al centro docente formas de organización y gestión empresarial que llevan consigo valores economicistas, en modo alguno pedagógicos.

Así, se han producido ya fenómenos contradictorios: al mismo tiempo que se predica la autonomía de los centros docentes, se recortan los presupuestos de los centros públicos; al mismo tiempo que se descentraliza la gestión, se hace al centro docente el único responsable del éxito o fracaso escolar -los poderes públicos se desentienden de las escuelas-; al mismo tiempo que se fomenta la libertad de elección, se propugna la evaluación de los centros, produciéndose una recentralización de acuerdo con pautas emanadas de los poderes públicos; al mismo tiempo que el centro se convierte en el único forjador de su destino, se le somete a la competencia más extrema a fin de allegar alumnos, convertidos en verdaderos consumidores de educación.


Esta lógica empresarial es la cara regresiva del movimiento, una lógica que "hay que situarla en los ajustes estructurales que están ocurriendo en el capitalismo occidental, que están llevando al desmantelamiento de los sistemas educativos centralizados y a su sustitución por una ideología del mercado libre basada en la elección y en la competición, en la que los ciudadanos son vistos como consumidores más que como participantes en la educación" (Rodríguez Moreno, 1998) 


"PROBLEMAS ACTUALES DE POLÍTICA EDUCATIVA" Manuel de Puelles Benítez (2006).

Ken Robinson hablando sobre educación.

El problema es que el actual sistema educativo fue diseñado, concebido y estructurado para una época diferente. Fue concebido en la cultura intelectual de la Ilustración y en las circunstancias económicas de la Revolución Industrial.

Desmayarse, atreverse, estar furioso. Lope de Vega.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso.

No hallar fuera del bien centro y reposo,
Mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño.
Beber veneno por licor suave.
Olvidar el provecho, amar el daño.

Creer que un cielo en un infierno cabe,
Dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

El Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo.

Me gustaría salvar la Comarca, si pudiera, aunque alguna vez pensé que los habitantes eran tan estúpidos que un terremoto o una invasión de dragones les vendría bien. No siento lo mismo ahora. Siento que mientras la Comarca continúe a salvo, en paz y tranquila, mis peregrinajes serán más soportables; sabré que en alguna parte hay suelo firme, aunque yo nunca vuelva a pisarlo.

domingo, 29 de marzo de 2015

Sociología de la educación. No recuerdo de qué libro extraje el fragmento.

LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA EDUCACIÓN: 

5.5 Formación y selección para el trabajo: [...]

Desde una perspectiva funcionalista, esa correlación entre formación y estructura social es una necesidad funcional derivada de la existencia de ocupaciones y profesiones que requieren mayor formación y responsabilidad que otras y que deben tener sus correspondientes recompensas para favorecer el esfuerzo y talento que determinadas personas realizan al ocuparlas. Desde esta perspectiva, la estructura social es eminentemente meritocrática, las mejores posiciones sociales, las que tienen mejores recompensas, las ocupan personas que se las merecen por su preparación y talento. Desde perspectivas críticas, weberianas o marxistas, esta identificación se refuta con argumentos diversos, puesto que da por sentados muchos supuestos que no hacen sino justificar la realidad existente. Como el olvido de la importancia de los orígenes sociales, la riqueza o el poder en el acceso a los niveles educativos más altos, o la equiparación entre preparación, esfuerzo y posición social, o la sobrevaloración de la formación y de las credenciales en el rendimiento de las distintas profesiones, cuyo prestigio es, muchas veces, subjetivo.

Educación en el mercado global. Los peligros de la cohesión social.


Las sociedades necesitan de un pensamiento y unas convicciones fuertes y sólidas en detrimento de un escenario de pensamientos relativos y débiles:

El pensamiento liberal -especialmente el neo- ha sido de siempre construido y diseminado desde unas convicciones y una ética clara y sólida. De hecho, podemos atrevernos a afirmar que es esta fortaleza una de las claves de su éxito social tan amplio. El liberalismo rehuye del relativismo y vive de unas ideas y valores concretos que se estructuran a partir de una lógica. Todo lo que suene diverso es aceptado en la medida que los elementos básicos del orden social que preconiza el liberalismo no se toquen.

En los tiempos presentes, estas convicciones se han aferrado con frecuencia a los valores religiosos, como un espacio de seguridad recuperado a la devastadora secularización propia del siglo pasado. Encontramos debates educativos en la esfera internacional que preconizan la conveniencia de sustituir el darwinismo por el creacionismo en los currícula escolares, u otros practican un laicismo como una religión y prohíben la presencia de símbolos religiosos en los espacios educativos de carácter público. El objetivo es rehuir la confusión que implica convivir con la diversidad.

Huelga decir que los efectos de medidas de este tipo tienen consecuencias significativas en el terreno educativo. La convivencia en entornos rígidos, en los que la diversidad tiene los límites que impone la mayoría dominante, se hace difícil, y algunos educandos no se sientes reconocidos en el contexto en el que se lleva a cabo la propuesta educativa. La falta de conocimiento y de reconocimiento en la vida de un grupo conlleva de forma habitual la generación de distancia y, en ocasiones de conflicto, del todo evitable si se intenta dejar de lado el fundamentalismo sea cual sea su sentido.

Sin embargo, tenemos que decir que entre fundamentalismo y relativismo, que marcan los extremos del terreno de juego, se abre un espacio amplísimo a ser cubierto desde el diálogo. A diferencia de la dimensión más cultural de la diversidad, cuando entramos en el terreno de las convicciones y, a veces, en el de la religión, la posibilidad de construir escenarios de convivencia se hace más compleja porque la existencia de dogma dificulta la generación de opiniones compartidas. Pero es el diálogo, como decimos, el que puede abrir posibilidades de encuentro y comprensión racional de las posiciones del otro. La fortaleza de la convicción, al contrario de lo que algunos que se autodenominan liberales predican, no radica en la persistencia de la repetición del mensaje, o en el mantenimiento de la propia posición con independencia de posturas ajenas, sino en la capacidad de abrirse a la palabra del otro sin miedo y con el convencimiento de que obtendremos un posible enriquecimiento de la propia mirada que si no fuese así no sería posible.

Essomba, M.A. (2009) Educación en el mundo del mercado global. Los peligros de la cohesión social. Educación social.

Monólogo de Al Pacino en Pactar con el Diablo.

-¿Por qué tienes que cargar con ese maldito saco de piedras? ¿Por Dios? ¿Porque sí? Por Dios... Está bien, te daré información de primera mano acerca de Dios: A Dios le gusta observar, es un bromista. Piénsalo: dota al hombre de instintos. Os da esta extraordinaria virtud ¿y qué hace luego? Los utiliza para pasárselo en grande, para reírse de vosotros al ver cómo quebrantáis las reglas. Él dispone las reglas y el tablero. Y es un auténtico tramposo: Mira pero no toques, toca pero no pruebes. Prueba... pero no saborees. ¿Y mientras os lleva como marionetas de un lado a otro qué hace él? ¡Se descojona! ¡Se parte el culo de risa! ¡Es un payaso! ¡Es un sádico! ¡Es el peor casero del mundo! ¿Y adoráis eso? ¡Nunca!

-Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo ¿verdad?

-¿Por qué no? Yo tengo los pies en el mundo desde que comenzó este puto juego. He alimentado todas las sensaciones que el hombre ha querido experimentar. Siempre me he ocupado de lo que quería y nunca le he juzgado. ¿Por qué? Porque nunca le he rechazado a pesar de todas sus imperfecciones. ¡Soy un devoto del hombre! Soy un humanista, puede que el último humanista. ¿Quién en su sano juicio, Kevin, podría atreverse a negar que el siglo XX ha sido mío por completo? ¡Todo mío, Kevin! Todo mío, mío. Estoy pletórico. Ha llegado mi oportunidad.